Detrás de la Inteligencia Artificial, se encuentra la estupidez humana

Medir la estupidez humana con matemáticas es como tratar de atrapar una anguila con las manos: resbaladiza y complicada. Aun así, podríamos intentar medir la estupidez utilizando indicadores como los tropiezos que damos en la vida, las decisiones que nos hacen pensar «¿en serio hice eso?» o cuántas veces compartimos noticias falsas en redes sociales.

¿Os imagináis que se juntasen en un multiverso atemporal, personajes como Leonardo da Vinci y Einstein midiendo la estupidez humana? Creo sinceramente que se reirían mucho con las conclusiones.

Pero hay que tener en cuenta que, como con cualquier intento de medir algo tan escurridizo, siempre nos quedaremos un poco cortos. Los indicadores que usemos podrían generar más debates que respuestas, y podríamos terminar discutiendo si las matemáticas son realmente la herramienta adecuada para analizar algo tan abstracto como la estupidez humana. Así que, aunque valga la pena intentarlo, hay que tomarse estos resultados con una pizca de humor y un grano de sal.

En una enriquecedora conversación sobre la gestión de equipos de trabajo y procesos en el mundo laboral que tuve ayer con mi amigo Jon Ander Goyenechea, me recomendó un libro muy corto, pero denso, llamado Allegro ma non troppo. con el que no pude parar de reírme ayer, y me gustaría compartir con vosotros. Es básicamente una sátira donde la estupidez humana se encuentra con la ciencia.

Según el autor, hay 4 perfiles de personas, según si sus acciones repercuten de manera positiva o negativa, tanto en otros, como en ellos mismos, y lo plantea en la siguiente gráfica:

Si mis acciones tienen efecto positivo sobre mi y sobre el resto, (existe ganancia mutua) se me considerará en el cuadrante superior derecho, y seré una persona con perfil inteligente.

Si por el contrario me genera pérdida a mi mismo pero beneficio al resto, seré un perfil ayudante.

Si genero beneficio propio a partir de la pérdida ajena seré un malvado... y por último, si genero pérdidas para mi y para el resto, seré un auténtico estúpido. (según esta teoría).

De esta manera, tendríamos los siguientes perfiles:

Adicionalmente, existen 5 leyes para fundamentales de la estupidez humana, que voy a resumir a continuación.

Nombre	Descripción
Invariabilidad	La proporción de personas estúpidas es constante en cualquier grupo humano, independientemente de su tamaño o composición.
Costo de la estupidez	Las acciones de una persona estúpida causan pérdidas a otras personas, sin obtener beneficio alguno para sí mismas o, incluso, incurriendo en pérdidas.
Probabilidad	Una persona estúpida es más peligrosa que un bandido, ya que su comportamiento es impredecible y puede causar daño a cualquier persona, incluyéndose a sí misma.
No-estupidez	Las personas no estúpidas siempre subestiman el poder de la estupidez, ignorando su capacidad para causar daño y obstaculizar el progreso.
Poder de la estupidez	Las personas estúpidas tienen el poder de organizarse y crear un daño colectivo aún mayor, mientras las personas inteligentes, en su mayoría, trabajan de manera individual y no pueden contrarrestar el daño.

A priori suena bien, pero vamos a aterrizarlo a las matemáticas puras, creando funciones para estas:

Nombre	Simulación científica	Explicación
Invariabilidad	P(E) = k	La proporción de personas estúpidas en una población es constante (k), independientemente del tamaño de la población.
Costo de la estupidez	C(E) = -B	El costo de la estupidez (C) es negativo, lo que significa que las acciones de una persona estúpida generan pérdidas (B) para sí misma y para los demás sin obtener ningún beneficio.
Probabilidad	P(E) > P(B)	La probabilidad de encontrarse con una persona estúpida P(E) es mayor que la probabilidad de encontrarse con un bandido P(B), lo que implica que hay más estúpidos que bandidos.
No-estupidez	I(E) > I(S)	La incapacidad para reconocer y manejar adecuadamente a las personas estúpidas I(E) es mayor que la incapacidad para reconocer y manejar a las personas incautas I(S).
Poder de la estupidez	DC(E) > DC(I)	El daño colectivo causado por las personas estúpidas D(E) es mayor que el daño causado por las personas inteligentes que actúan de manera egoísta o malintencionada D(I).

Y ya vamos a terminarlo poniendo un ejemplo de cada una de las mismas:

Nombre	Ejemplo cotidiano
Invariabilidad	No importa cuántas personas asistan a una boda, siempre habrá un porcentaje constante que olvida el regalo en casa. La proporción se mantiene constante en diferentes eventos sociales.
Costo de la estupidez	Alguien intenta ahorrar tiempo en la cocina cortando verduras más rápido, pero termina cortándose un dedo y yendo al hospital, perdiendo aún más tiempo. El costo de la estupidez es negativo para todos.
Probabilidad	Al preguntar en un grupo de amigos si alguien sabe qué planeta está más cerca del Sol, es más probable encontrar a alguien que responda erróneamente Júpiter en lugar de Mercurio. La probabilidad de encontrar estúpidos es alta.
No-estupidez	Un padre asigna a su hijo, conocido por su tendencia a derramar cosas, la tarea de llevar una tarta recién horneada a la mesa, lo que resulta en una tarta estrellada contra el suelo. La incapacidad para reconocer y manejar la estupidez es alta.
Poder de la estupidez	Un grupo de vecinos decide hacer una fiesta sorpresa para uno de ellos, pero todos olvidan coordinar quién traería la comida, resultando en una fiesta con cinco tartas y ninguna bebida ni plato principal. El daño causado por la estupidez es mayor.

Solo cerrar el tema comentando que ha sido parcialmente generada con Inteligencia Artificial, tanto en la síntesis de alguna redacción, como en la totalidad de la generación de imágenes. Pero el alma de la escritura y la sátira educativa, siempre corren de manos de un servidor.

Las imágenes, le pedí a la IA que me las diese en 4k, con colores vívidos, luces suaves, y con un estilo mezcla de Bansky, Picasso y Leonardo Da Vinci. No lo hizo mal desde luego. 🙂

Espero que os haya gustado y entretenido esta lectura, un abrazo y feliz fin de semana.

Pablo Álvarez Azcúnaga